Una cucharada de...

En mi rincón favorito de la ciudad, no tienen una cubertería homogénea y clásica como en la mayoría de cafeterias de la zona. Como las sillas del apartamento de Mónica (Friends), cada una es diferente al resto, tanto en forma, color o época. Puede parecer un detalle muy vanal, pero a mi me parece una genial idea. No suele tocarte la misma cuchara dos veces y por muy interesante que sea una conversación, siempre se interrumpe para el análisis de tu cuchara y las del resto de acompañantes cuando las tazas llegan a la mesa. No obstante, no es un batiburrillo de cucharas sin encanto que sobraban de stock, están buscadas con mimo. Algunas tiene formas raras, otras son antiguas, otras muy modernas y de distintos materiales. Siendo así, consiguen captar tu atención aunque no tengas el más mínimo interés por el diseño, y mucho menos por las cucharas.

Tanto es así, que desde hace un tiempo presto más atención en el diseño de objetos tan cotidianos, y por ello mismo poco emocionantes, como pueden ser éstos utensilios de cocina. Mismamente la semana pasada compré un par de cucharas (sí, sólo dos) que me encandilaron en Zara Home. Por todo ello me decidí a escribir un post sobre el tema, cuando me encontre con esto:



Ariel Alasko, escultora de madera asentada en Brooklyn, se dedica a tallar a mano entre otros increíbles cucharas con formas muy diferentes, y como no... ¡las vende como churros!














CONVERSATION

0 comentarios :

Publicar un comentario

Back
to top